La tregua de los 90 días

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‘La visión instrumental de Trump sobre los negocios internacionales ha chocado contra la realidad de un mundo interconectado’

El G20 que ocurrió el pasado fin de semana en Buenos Aires tendrá un montón de historias para la posteridad. Más allá de los chascarros ocurridos con la organización, que muestran lo complejo de poner en marcha una reunión de este tipo, hubo importantes reuniones al más alto nivel que, a diferencia de muchos de estos encuentros, tienen consecuencias claras en el corto plazo.

 

La gran mayoría estuvo pendiente de la cercanía de Vladimir Putin con el príncipe árabe Mohammed bin Salman, en medio de la investigación por el asesinato de Jamal Khashoggi. O de cómo el mismo Bin Salman fue encarado por Macron. Pero las mayores noticias vinieron desde los compromisos en pos del libre mercado internacional y, en ambos casos, Donald Trump fue protagonista.

 

El primero fue el esperado acuerdo entre Canadá, EE.UU. y México, en reemplazo del Nafta. Los expertos concluyen que la retórica proteccionista con que Trump emplazó a sus vecinos a la hora de iniciar las negociaciones fue inútil. El nuevo acuerdo reconoce lo importante que es el comercio regional en América del Norte, además de lograr mejorar las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos a través de la imposición de salarios mínimos.

 

El segundo evento que tendrá consecuencias inmediatas es la tregua comercial entre China y EE.UU. En un almuerzo pos G20, los presidentes Xi y Trump decidieron darse 90 días para negociar los nuevos términos de la relación comercial. De no ocurrir esta tregua, EE.UU. iba a subir los aranceles para productos chinos a un 25%, con inevitables consecuencias para el resto del mundo. Trump lleva meses alegando por la disparidad del comercio bilateral, pero su solución ha sido, consistentemente, apelar a más proteccionismo. Este camino le ha traído más de un problema, y en Buenos Aires se vio obligado a sentarse a la mesa y suspender sus amenazas.

 

Es cierto que China se comprometió a consumir más bienes desde EE.UU., para balancear un poco más la relación, pero hubo acuerdos concretos. En los próximos 90 días de negociaciones el mundo estará expectante acerca del Presidente norteamericano y sus intenciones de apaciguar o escalar el conflicto. Pero está claro que la visión instrumental de Trump sobre los negocios internacionales ha chocado contra la realidad de un mundo interconectado. Si hay algo que nos ha brindado el libre mercado es evidencia de que el proteccionismo ya no es tan útil como antes. La guerra comercial que inició EE.UU. no ha traído consecuencias positivas para nadie. Es de esperar que esta tregua no se quede sólo en eso.

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